El partido que paraliza y enfrenta al país surgió como un tema político y luego adquirió un carácter social.
Universitario y Alianza Lima, los clubes más importantes y con mayor hinchada de nuestro país han cultivado una rivalidad que ya tiene casi 82 años de vida. Desde aquel “clásico de los bastonazos”, disputado el 23 de setiembre de 1928, cremas y banquiazules han jugado en 326 oportunidades. Partidos llenos de broncas, polémicas, goles e insultos. Sin embargo, muy pocos saben como empezó la historia.
Pese a que muchas crónicas indican que la rivalidad nació en el marco de un conflicto racial entre blancos y negros. El clásico peruano tendría como punto de partida razones sociopolíticas. Al parecer en 1928, año en que se jugó el primer partido entre la ‘U’ y Alianza, el entonces mandatario Augusto B. Leguía sentía una singular simpatía por los íntimos y en algunos partidos habría influido a favor de ellos.
El partido terminó a favor de Universitario, pero lo más importante fue la descomunal bronca que se armó luego que el árbitro expulsara a cinco jugadores blanquiazules. Según detalla Rubén Marrufo en Depor, los universitarios celebraron su victoria ante Alianza en la puerta de un diario de la capital, no por simple coincidencia, sino porque era el medio opositor al gobierno.
Según el historiador Jaime Pulgar Vidal cuando Alianza se impuso en el siguiente partido, proclamándose campeón nacional, sus seguidores festejaron en las afueras de otro diario, el cual respaldaba abiertamente al presidente Leguía. A partir de ahí las brechas sociales y cualquier detalle era motivo para que la rivalidad entre ambos equipos se incremente
Pese a que muchas crónicas indican que la rivalidad nació en el marco de un conflicto racial entre blancos y negros. El clásico peruano tendría como punto de partida razones sociopolíticas. Al parecer en 1928, año en que se jugó el primer partido entre la ‘U’ y Alianza, el entonces mandatario Augusto B. Leguía sentía una singular simpatía por los íntimos y en algunos partidos habría influido a favor de ellos.
El partido terminó a favor de Universitario, pero lo más importante fue la descomunal bronca que se armó luego que el árbitro expulsara a cinco jugadores blanquiazules. Según detalla Rubén Marrufo en Depor, los universitarios celebraron su victoria ante Alianza en la puerta de un diario de la capital, no por simple coincidencia, sino porque era el medio opositor al gobierno.
Según el historiador Jaime Pulgar Vidal cuando Alianza se impuso en el siguiente partido, proclamándose campeón nacional, sus seguidores festejaron en las afueras de otro diario, el cual respaldaba abiertamente al presidente Leguía. A partir de ahí las brechas sociales y cualquier detalle era motivo para que la rivalidad entre ambos equipos se incremente
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